miércoles, 15 de junio de 2011

"El diario de Lord Macquintaire" Licántropos


LORD MAQUINTAIRE: Good Morning Everybody. Bienvenidos a “Las mañanas de Lord Maquintaire”. A ver. Repeat whit me. One, Two, Tres: “Las mañanas de Lord Maquitaire”. Good, very good. A pesar de que ayer casi me comen (marcas de mordeduras en los brazos), sigo entero, por poco… por poco… por poco tiempo, quizá, teniendo en cuenta los invitados de hoy.

Esta mañana, tenemos con nosotros a dos seres que pueden pasar inadvertidos a ojos de principiantes como vosotros. Yo como experto en seguida me he dado cuenta de lo que eran, porque tienen un montón de pelo en las orejas. Se trata, nada más y nada menos que de dos hombres-lobo. Un aplauso. Cheers.

MUJER-LOBA: Perdón, un hombre-lobo y una mujer-loba.

LORD MAQUINTAIRE: Discúlpeme señorita, no era mi intención faltarle al respeto.

MUJER-LOBA: Y no se te ocurra hacerlo de nuevo porque te muerdo.

LORD MAQUINTAIRE: ¿Qué me ocurriría si me mordiera?

HOMBRE-LOBO: Todo el mundo sabe que si te muerde o te hiere un hombre-lobo …

MUJER-LOBA: O mujer-loba.

HOMBRE-LOBO: …recae sobre ti la misma maldición y en la siguiente luna llena te conviertes en uno.

LORD MAQUINTAIRE: Vaya, ¿entonces es cierto que sólo os transformáis durante las noches de luna llena?

MUJER-LOBA: En realidad hay dos tipos de licántropo. Están los de pura sangre, como nosotros.

HOMBRE-LOBO: Podemos transformarnos en cualquier momento y somos plenamente conscientes de nuestros actos. Por supuesto durante las noches de luna llena.

MUJER-LOBA: Y luego están los malditos, que sólo lo hacen en noches de luna llena, y no son conscientes de lo que hacen.

LORD MAQUINTAIRE: ¿Y qué suelen hacer?

HOMBRE-LOBO: Pues, como cualquier otro lobo…

MUJER-LOBA: O loba.

HOMBRE-LOBO: … adquieren todas sus características típicas : como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez.

MUJER-LOBA: O sea, que se dedican a cazar personas humanas y cenárselas.

LORD MAQUINTAIRE: Si nos encontráramos con un licántropo con los ojos inyectados en sangre, la boca babeante y dispuestos a mordernos los michelines de un salto, ¿cómo nos podríamos defender?

MUJER-LOBA: Bueno, están los métodos ordinarios que no suelen fallar. El primer es correr más que el hombre lobo.

HOMBRE-LOBO: No falla.

MUJER-LOBA: El segundo es ser cinturón negro de varias artes marciales: kung fú, Ninjutsu, Aikido, Taekwuondo, kenpo karate, kickboxing, Wing chu, kakuto, nivel 10 de manejo de lunchakus,…

LORD MAQUINTAIRE: Con una valdrá, ¿no?

HOMBRE-LOBO: No, son necesarias todas. Recuerda que hemos dicho que son muy fuertes, ágiles y astutos.

MUJER-LOBA: Todavía no he acabado. Luego hay que manejar las técnicas indias de…

LORD MAQUINTAIRE: Vale, vale, is enough. ¿Cuáles son los métodos extraordinarios?

HOMBRE-LOBO: Venga, cuéntaselos.

MUJER-LOBA: Los métodos extraordinarios para acabar con un licántropo son las conocidas balas de plata. Pero, claro, no es lo que uno suele llevar en el bolsillo.

HOMBRE-LOBO: Uno no sale de casa, se mira los bolsillos y exclama: (sobreactuando) “¡áiba¡ Me he dejado las balas de plata encima de la mesa de la cocina, junto a los cereales”.

MUJER-LOBA: Y luego está el tema de que hay que dispararlas.

HOMBRE-LOBO: Claro, claro. No son un amuleto. No te la cuelgas del cuello y ya estás a salvo de los hombres-lobo.

MUJER-LOBA: Ni hablar. Pero tampoco se las puedes arrojar como si fueran piedras. El licántropo no va a decir: (sobreactuando) “¡huy!, un niño me ha sorprendido y magullado con una bala de plata que me ha arrojado. Entro en un estado agónico que me llevará a una muerte inminente”.

HOMBRE-LOBO: Oye. Por qué hablas así. Los hombres-lobos no somos tan cursis.

MUJER-LOBA: Bien, vale. La cosa es que necesitas un arma. Y por arma nos referimos no a un tirachinas, ni a un tubito de boli bic donde soplando salga la bala de plata,…

HOMBRE-LOBO: No, nos referimos a una pistola. Que tampoco es algo que te olvides junto a los cereales.

LORD MAQUINTAIRE: Entonces, ¿qué consejo le dais a estos niños para defenderse de un hombre-lobo?

MUJER-LOBA: Esto es un secreto nunca antes contado. Sólo algunos sabios de la India y del Tibet lo conocen. Son las mejores armas para enfrentarse a un licántropo. Dilas tú, que a mí se me ponen los pelos de las orejas de punta (escalofrío).

HOMBRE-LOBO: (escalofrío) las armas más temibles para un hombre-lobo son: la pelotita y el palito. Si se agitan delante de uno de nosotros nos volvemos locos.

MUJER-LOBA: Pero basta de charla. Ahuuuuuuuuuuuuuuuuu.

HOMBRE-LOBO: A mí también me han entrado ganas de desayunar. Ahúuuuuuuuuuuuu.

MUJER-LOBA: Empecemos con esa tierna niña de ahí.

LORD MAQUINTAIRE: Alto, mirad lo que tengo (saca una pelotita, los hombres-lobo ya no pueden dejar de mirarla. La mueve, la siguen con la mirada. La lanza y se van tras ella). Buffffff. Por poco. Ya nos hemos librado de ellos. Menos mal que me he traído the Little ball, porque las balas de plata se me han olvidado en el saco de dormir y sólo tengo cinturón naranja de aikido.

(Para todos) Y hasta aquí nuestra entrevista a los gigantes. No lo olvidéis: “El Diario Secreto de Lord Maquintaire”. Próximamente en las mejores librerías, por un módico precio.

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